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Al profesor: Doctor Carlos Lanfranco La Hoz
El 01 de marzo último falleció el Prof. Dr. Carlos Lanfranco La Hoz, uno de los últimos maestros de cuño tradicional, cuya evocación nos hace recordar a la galería de los médicos insignes que ha tenido la Medicina Peruana, como Miguel de los Ríos, Emesto Odriozola, Juan Cancio Castillo, Julián Arce, Maximiliano González Olaechea, Sergio Bemales, en la cual aparece con la mayor naturalidad, sin desentonar en lo mínimo. El excepcional privilegio de haberlo acompañado y colaborado estrechamente durante 35 años de su actividad asistencial, docente y académica, que se iniciaran en los pujantes años 60, me promueve a la condición de testigo de la monumental obra de don Carlos, de su brillante trayectoria de médico, maestro, amigo y hombre de bien, tanto en los inmuebles momentos de éxito y alegría, como en aquellos pocos, algunos muy amargos, que depara la vida de toda personalidad de firmes principios y convicciones. El Dr. Lanfranco nació en Chucuito, hermosa prolongación de la Provincia del Callao, el 28 de mayo de 1917, en el seno de la muy distinguida familia de Lima y del Callao, formada por el Sr. Carlos Alberto Lanfranco Bernales y la distinguida matrona Sra. Regina La Hoz Pastrana, fue el mayor de 7 hermanos. De su primer matrimonio con la Sra. Hortensia Cárdenas tuvo un hijo el Sr. Carlos Lanfranco Cárdenas, quién falleció prematuramente, y en segundas nupcias compartió vida conyugal con la Sra. Susana González Ocharán, su querida e inseparable Chana. La formación escolar la realizó en el Colegio de los Hermanos Maristas del Callao, colegio que desde esa época ha tenido un rol importante en la formación de la juventud. Apenas terminados los estudios secundarios y sufriendo las consecuencia de la vida política muy agitada de los años 30, el Dr. Lanfranco se vio obligado a emigrar el vecino país de Chile, donde ingresa a la Universidad de Chile y luego de un año opta el titulo de Bachiller en Filosofia con mención en Biología y Química, lo cual le permite ingresar a la Escuela de Medicina. En 1934 retorna al Perú y completa los 2 años de estudios en la Facultad de Ciencias y Ciencias Químicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero posteriormente, por el cierre de la Universidad, se ve nuevamente precisado a continuar los 4 primeros años de estudios en la Escuela de Medicina de la Universidad de Concepción en Chile. Pasada esa época azarosa de la vida republicana, en 1940, el Dr., Lanfranco vuelve al país y se incorpora a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde concluye los tres últimos años de estudio. En 1942 completa el intemado, ya bajo la dirección y tutoría de su recordado maestro Dr. Sergio E. Bemales y elabora su tesis de bachiller titulada "Las Infecciones Focales y la Glomerulonefritis Difusa, Posibles Exacerbaciones de esta por la Amigdalectomía", calificada con nota sobresaliente y recomendada para su publicación en los Anales de la Facultad de Medicina. Posteriormente, como era el procedimiento muy adecuado para la evaluación de conocimientos y habilidades, aprueba los exámenes orales de titulación en las especialidades de Medicina, Cirugía, P , ediatría y Obstetricia y finalmente el 29 de diciembre de 1943 se le confiere el titulo de Médico - Cirujano. De 1943 a 1945 trabaja como asistente libre de los servicios Abel Olaechea y Julián Arce, es decir San Pedro y San Francisco respectivamente del Hospital Nacional Dos de Mayo. En 1946 es nombrado Asistente Titular en el Servicio de Julián Arce donde, como es muy conocido, el Prof. Lanfranco realizó toda su labor asistencial, desempeñando posteriormente la Jefatura como encargado de la misma a partir de 1959 y en 1962 asciende a la categoría de Jefe titular mediante concurso, servicio en el que anteriormente fueran Jefes los Drs. Francisco Cervera, Manuel A. Velázquez, Daniel E. Lavorería y Sergio E. Bemales. En diciembre de 1978 es promovido a la categoría de Jefe del Departamento de Medicina, en el que permanece hasta su jubilación en 1987. El extraordinario y profundo clínico que fue Lanfranco, aprendió la medicina no sólo en los libros sino en la atención exhaustiva de sus innumerables pacientes, su proverbial ojo clínico no fue otra función que la percepción, selección y acumulación de sus innumerables experiencias, utilizando la mayor capacidad de sus sentidos, entrenados delicada y pacientemente; en notable diferencia y contraposición de lo que actualmente se observa, en que se abusa de los exámenes auxiliares y se han inventado los famosos perfiles de estudio sin diagnóstico ni criterio clínico. Aprendió a reconocer los infinitos matices y variantes de las enfermedades de la tradicional y rica patología médica del Hospital Nacional Dos de Mayo, particularmente de aquellas que han sido o son problemas nacionales de salud. En ese derrotero, en el Hospital Dos de Mayo y en sus numerosos viajes a las provincias, mantuvo y cultivó la conciencia de la realidad médica nacional; fue un experto en la geografia médica del Perú, y lo que es más importante, incentivó y transmitió esta inquietud a las generaciones médicas. Se puede afirmar que fue una de las personas que, por esta labor, gesto e hizo realidad que el Hospital Dos de Mayo sea con justicia considerado como hospital nacional. En el ámbito gremial el Dr. Lanfranco fue Presidente de la Asociación de Médicos del Hospital Dos de Mayo entre 1946 a 1950, organismo precursor del Cuerpo Médico y así mismo fué presidente en los años 52 y 56 y del 58 al 60, Vice Presidente encargado de la Presidencia del Cuerpo Médico entre 1960 al 62. Ha sido delegado de la Asociación y del Cuerpo Médico del Hospital Dos de Mayo ante la Asamblea de la Federación Médica Peruana entre 1948 a 1964. Miembro de la Junta Directiva de la Federación Médica desde 1952 hasta el 58 y luego del 60 al 62, habiendo desempeñado actividades como Presidente de los Comités de Organización y de Problemas del Ejercicio de la Profesión. Miembro de la Asamblea General de Delegados entre 1957 al 64 y miembro de la Comisión que elaboró el proyecto sustitutorio del Estatuto Definitivo del Seguro Social del Empleado en 1956. Presidente de la Comisión ad-hoc para el proyecto de la Ley del Colegio Médico del Perú en 1958 yrelatoroficial del tema la Colegiación Médica del Perú en la tercera Convención Médica Nacional en febrero de 1959. Nadie que lo haya conocido de cerca podrá dudar que la actividad docente fue para el Prof. Lanfranco lo más acariciado, lo más importante y lo más cultivado. Todas las promociones que tuvieron la oportunidad de formarse en las aulas san del Hospital Nacional Dos de Mayo, lo recuerdan, estoy seguro, con el mayor cariño y agradecimiento por haber recibido sus enseñanzas tanto de la información científica directa, como muy particularmente en los aspectos extracurriculares que modelan el espíritu, que modelan la actitud ética del profesional médico, a través de sus consejos y sobre todo de su ejemplo. Debemos destacar su sensibilidad y respeto por los pacientes, su entrega a los estudiantes y la mayor consideración a sus colaboradores docentes y no docentes, con el afecto de un verdadero padre. El Prof. Lanfranco se incorpora a la docencia en 1940 como ayudante adhonoren de la Cátedra de Clínica, Nosografia Médica y Terapéutica dirigida por el Prof. Dr. Sergio E. Bernales, posteriormente en 1943 es nombrado Ayudante, en 1944 es elevado a la condición de Jefe de Clínicas, en 1946 Profesor de categoría B, en 1948 Profesor Auxiliar, en 1961 Profesor Asociado encargado de la dirección de la Cátedra. Posteriormente, por concurso con un jurado internacional, se lo promueve a la categoría de Profesor Principal Titular. Antes que la Facultad de Medicina optara la organización departamental, ésta se llevaba a cabo a través de las cátedras, el Prof. Lanfranco participó, además, en la Cátedra de Clínica de las Enfermedades Infecciosas, Parasitarias y Tropicales, que fuera dirigida por el Prof. Oswaldo Hercelles y en muy importantes lapsos por el Prof, Hugo Pesce. En esta cátedra fue Jefe de Clínica, Prof. de categoría B y Profesor Auxiliar hasta 1962, de la que se retira para dedicarse sin interrupción y de lleno a la Jefatura de los Cursos de Medicina II, Medicina III, finalmente el Curso de Medicina Interna hasta el año académico de 1986. En la Facultad de Medicina desempeñó muy diversas funciones. En 1961 tuvo un papel muy destacado en la reactivación de la Facultad, debido a la renuncia de un número muy elevado de profesores, en la condición de miembro de la Junta Transitoria de Administración, Posteriormente, destacó en el trabajo de diversas comisiones permanentes, particularmente en la Comisión Pedagógica y de Coordinación Académica. Director de Coordinación de Planes y Programas. En muchas oportunidades fue miembro del Consejo de la Facultad de Medicina y del Consejo y Asamblea Universitarias. Fue elegido Jefe del Departamento de Medicina y finalmente, e 1968 a 1969 Decano de la Facultad de Medicina y Presidente de la Asociación Peruana de Facultades de Medicina. En el plano internacional, el Dr. Lanfranco fue miembro de la Asamblea General de la Federación Panamericana de Asociaciones de Facultades de Medicina. Participó en el Primer Seminario Viajero de Decanos, organizado por la Organización Panamericana de la Salud representando al Decano y a la Facultad de Medicina, que le permitió evaluar la organización de la Facultad de Medicina de Riverao Pretto en el Brasil, así como otras facultades en Argentina y Chile. Participó en varias conferencias de la Unión Latinoamericana de Facultades de Medicina, en calidad de delegado oficial relator y presidiendo comisiones de trabajo; así mismo en la primera, segunda y tercera conferencias de la Federación Panamericana de Facultades de Medicina, en las que actuó como miembro de la Asamblea de Delegados. En el campo de la investigación científica, el Prof. Lanfranco publicó más de 60 trabajos, principalmente sobre observaciones clínicas, docencia médica e historia de la medicina. El Prof. Lanfranco, además, fue un activo propulsor de la investigación científica. Es imperativo recordar, que el actual Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina, se gestó bajo su entusiasta orientación y asesoría, que se inició como Laboratorio de Investigaciones Clínicas de la Cátedra de Clínica Médica, y que en 1970 fuera elevado a la categoría de Instituto. Pero también se debe recordar que el Dr. Lanfranco fue Presidente del Consejo Consultivo y miembro de la Comisión de Trabajo de la Fundación Instituto Hipólito Unanue y en la Comisión Consultiva de Salud del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, en los que permanentemente promovió la investigación. En la Fundación Instituto Hipólito Unanue fue miembro del Consejo Consultivo en 1979 y Presidente del mismo en 1982. Miembro Asesor del Consejo Superior Consultivo de 1971 a 1988 y Miembro de Honor del Consejo Superior Consultivo de 1989 a 1999. Ha contribuido con varios trabajos a la revista Diagnóstico. La Fundación le otorgó la Medalla de Oro, máximo galardón instituido para reconocer la trayectoria excepcional de un profesional en las Ciencias de la Salud. El Dr. Lanfranco fue miembro activo y honorario de muchas sociedades científicas, quepa sólo mencionar algunas como la Sociedad Peruana de Medicina Interna, Sociedad Peruana de Nefrología y particularmente, a la Academia Nacional de Medicina, a la cual prestó sus mayores esfuerzos, desde su incorporación como Académico Asociado en 1970 y luego Titular o Académico de Número en 1975, escaló por toda la jerarquía de las funciones directivas hasta llegar a ser Presidente en el periodo de 1983-84, y como tal alcanzó el importantísimo sitial de Presidente de la Asociación Latinoamericana de Academias Nacionales de Medicina. Fue promovido a la categoría de Académico Honorario en 1996. Se confirió al Pro£ Lanfranco muchas distinciones, condecoraciones y premios, como la condecoración de la Orden de Daniel A. Carrión y del Ministerio de Salud por servicios distinguidos en el campo de la salud. Ganador del Primer Premio Sandoz 1982-83 con otros colegas por el trabajo sobre la Malaria publicado en la revista Diagnóstico. Presidente Honorario de la Sociedad Peruana de Medicina Interna. Las Promociones Médicas 1967, 1974 y 1975, así como las de residentes 1976 y 1980 de la Facultad de Medicina de la UNMSM llevan su nombre. La Sociedad Peruana de Medicina Interna ha instituido el Premio "Carlos Lanfranco La Hoz" para el mejor trabajo científico presentado por residentes. Recibió dos homenajes en el Hospital Nacional Dos de Mayo, uno en 1988 y otro en 1996, en los que participaron las instituciones representativas de la medicina peruana. Se señala que el conocimiento cabal de una disciplina se adquiere sólo cuando al mismo tiempo se domina su historia, pues en este sentido y para utilizar una de las palabras más acariciadas del Prof. Lanfranco, diría que él en los últimos años se dedicó con verdadera "fruición" a investigar y cultivar la Historia de la Medicina Peruana, sobre la cual aportó muy importantes contribuciones como la "Síntesis Biográfica de Daniel A. Carrión", por encargo de la Facultad de Medicina para entregarla a la Dirección de Correos, a fin de conseguir la edición filatélica de ese insigne mártir de la Medicina Peruana. Los hombres que destacan en la vida institucional y pública suelen tener características generales comunes, con matices personales que los distingue de la élite científica y académica. Tienen una sólida formación profesional y humanística, dedicación incondicional por el logro del bien común, entrega desinteresada a la vida institucional y una insobornable probidad en el accionar personal. A lo largo de su vida profesional el Prof. Lanfranco supo impulsar todo el sentido y la fuerza de la "Master Word" de Sir William Osler, quien para explicar los alcances de esa "palabra maestra o clave, que se refiere al valor del trabajo ordenado y productivo, decía de ella "... hace del más estúpido, lúcido; al lúcido, brillante; y al brillante, estudiante sempiterno. Con esta palabra mágica en vuestro corazón todas las cosas son posibles y sin ella todo lo que se estudie es vanidad y tortura. Le acompaña los milagros de la vida; el ciego ve por el tacto, el sordo oye con sus ojos; el mudo habla con los dedos. A la juventud le aporta esperanza; a la edad madura, seguridad; al viejo, reposo; autentico bálsamo de las mentes heridas; en su presencia el corazón acongojado se ilumina y consuela y es directamente responsable de los progresos de la medicina durante los últimos veinte siglos". Permanecerá en nuestra memoria su figura del hombre bondadoso, sin rencores, ejemplo del hombre probo, desinteresado, sin vanidad, de costumbres sobrias. Al Prof. Carlos Lanfranco La Hoz lo recordaremos como la FIGURA PATERNAL DE LA MEDICINA PERUANA, MAESTRO DE LA COMUNIDAD SANFERNANDINA. Lima, 08 de Abril de 1999 Dr. Fausto Garmendia Lorena. |