Actualización sobre Reumatología

Dr. Armando Calvo (*)

Presentación

Para los reumatólogos el 2002 es un año de grandes esperanzas, el siglo que empieza nos encuentra como actores de nuevos desarrollos, siendo el de la terapia uno de los más importantes. Actualmente podemos ofrecer a nuestros pacientes un variado y recién renovado arsenal terapéutico, teniendo también la oportunidad de participar en investigación farmacológica de fase II y III; por ello nos sentimos optimistas y llenos de entusiasmo, no en vano estamos iniciando un período que los expertos en salud han denominado la Década del Hueso y la Articulación; sin embargo, debe haber un momento de reflexión, los hombres dedicados al arte-ciencia de curar enfermos están obligados a mantener un permanente equilibrio, valorando los logros y conociendo las limitaciones que aún hoy tenemos.

En el campo de la Reumatología son muchas las áreas a analizar, algunos podrían considerar como muy significativos los avances en el conocimiento de la patogenia de las enfermedades reumáticas, sin embargo aún no llegamos a la comprensión global del fenómeno autoinmune o del desarrollo de una "simple" artritis reactiva y es por ello que sin menospreciar las investigaciones realizadas, creemos que estos serán logros a alcanzar durante el presente siglo.

Los nuevos exámenes auxiliares favorecen un diagnóstico precoz y más sencillo, y permiten el seguimiento más preciso de los pacientes reumáticos; así gracias al descubrimiento del ANCA (anticuerpo dirigido contra el citoplasma de los neutrófilos), hemos vuelto a vivir los momentos en que Hargraves (1948) describió la Célula LE, y gracias al ANCA hoy comprendemos y diagnosticamos más tempranamente a los pacientes con Vasculitis, así como antes lo hiciéramos con el Lupus Eritematoso Sistémico.

El disponer de formas cada vez más asequibles de valorar la masa ósea, no sólo permite iniciar la terapia que logre disminuir el riesgo de futuras fracturas osteoporóticas, si no que es esencial para el seguimiento de los pacientes.

A pesar de estos ejemplos y muchos otros que el lector imagina, no creemos que sean los exámenes auxiliares los logros más importantes, aún hoy es válido reconocer que no existe el examen patognomónico o como dirían otros, no existe la prueba con 100% de especificidad y sensibilidad.

No puede dejar de sorprendernos, la disponibilidad de medios de diagnóstico por imágenes cada vez más "virtualmente reales", gracias a la incorporación de nuevas tecnologías, pero recordemos que la tecnología constantemente se renueva, lo que ahora consideramos "de punta", será obsoleto en breve.

En este momento es conveniente destacar la plena vigencia de la importancia de la observación clínica, de la atenta escucha y del cuidadoso examen físico, pero éstos no son logros recientes, es herencia que hoy lucimos orgullosos.

Si recordamos las bromas de algunos colegas en las que insinuaban que el reumatólogo sólo era médico de aspirina y cortisona, y si contemplamos el cada vez mayor número de fármacos disponibles para el tratamiento de las enfermedades reumáticas, encontraremos una pista del logro más importante alcanzado en el umbral del nuevo siglo.

Con la aspirina y sus sucedáneos los antiinflamatorios no esteroideos, y con los glucocorticoides, especialmente prednisona y prednisolona, los reumatólogos pudieron ofrecer a sus pacientes mejoría sintomática y en su expectativa de vida. Ya han pasado más de 100 años desde el descubrimiento de la aspirina y casi 50 desde que la corticoterapia se difundiera. Por los años 70, el uso de inmunosupresores potentes como la ciclofosfamida consolidó la meta de modificar la historia natural de la enfermedad reumática, pero al igual que los anteriores, a un costo de producir iatrogenia y una no muy buena calidad de vida. Con ellos aprendimos a acuñar nuevos términos como comorbilidad, atendiendo problemas que el paciente no tenía en el momento de iniciar su tratamiento.

Sin embargo, en los últimos años con la posibilidad de diseñar fármacos específicamente dirigidos sobre receptores séricos o celulares, se ha abierto la posibilidad de ofrecer al paciente reumático medicación cada vez más eficaz y segura, modificando en forma sustancial la historia natural de su enfermedad y proporcionándole un nivel óptimo de calidad de vida.

Por lo anterior creemos que el especial de DIAGNÓSTICO en Reumatología debe estar dirigido a dar una rápida mirada al armamentario terapéutico del reumatólogo del 2002.

No queremos terminar sin referirnos al Dr. Armando Silicani, quien recientemente acongojó al mundo médico con su prematura partida al Reino de Dios, él fue uno de los pilares en nuestra formación profesional y humana. Y a manera de despedida, Don Armando nos lega un último artículo en este Simposio de Reumatología en DIAGNÓSTICO, dejando en nuestros corazones gran parte de su pensamiento. Sirva este número como un póstumo homenaje a su persona.

 

(*) Médico Internista y Reumatólogo. Hospital Nacional Cayetano Heredia. Universidad Peruana Cayetano Heredia.