Nutrición en el adulto mayor

Dr. José Francisco Parodi G.(*)
Dr. José Manuel Ribera Casado(**)

“Si podríamos dar a cada individuo la cantidad correcta de nutrientes y ejercicio, no muy poco ni demasiado, encontraríamos el camino más seguro a la salud”.

Hipócrates


La población peruana al igual que muchos países en latinoamérica se caracteriza por ser joven, los menores de 15 años constituyen el 38%. En el Perú los adultos mayores (60 a más años), siguen siendo un grupo minoritario de la sociedad. Sin embargo la estructura demográfica ha ido cambiando con el paso de los años, esto debido fundamentalmente a la declina- nación de las tasas de mortalidad, natalidad y fecundidad así como al aumento de la esperanza de vida. De acuerdo al censo de 1993 se indica que la población peruana comprende aproximadamente un 7% de personas adultas mayores (AM) y se calcula que llegaría al 12% en el 2005. En el año 1993 había cerca de 1'543,687 adultos mayores en el Perú y se espera que para el 2005 sean aproximadamente 2'176,139 (1). En España la población mayor de 65 años representa el 17% del total y, al igual que en otros países de Europa, supera a la menor de 15 años, antes del 2020 este índice habrá superado el 20% lo que nos habla de un envejecimiento poblacional intenso y progresivo. Si bien en Latinoamérica no se alcanza estas cifras pero la tendencia es, igualmente, hacia un envejecimiento progresivo y acelerado de forma que en muy pocas décadas la situación va a ser, sin duda, muy similar.

En julio del 2000 se publicaron Los Lineamientos de Política para las Personas Adultas Mayores (decreto supremo # 010-2000-PROMUDEH), donde se menciona que "en materia de nutrición y alimentación, se ha detectado como problema principal de los adultos mayores el mantener hábitos alimen-ticios y nutricionales poco saludables, aparte de la insuficiente dieta-calórico-proteica que afecta en mayor medida a los que viven en situación de pobreza. No se conoce con exactitud la magnitud de la población adulta mayor (AM) que padece des-nutrición y malnutrición" (2). Así mismo se describen algunos lineamientos de política al respecto.

La geriatría frente al modelo tradicional de atención plantea la llamada Valoración Geriátrica Integral, donde se estudia al paciente en varias dimensiones (física, social, funcional y psicológica), lo cual implica un equipo de trabajo interdisciplinario. El nutricionista es parte de este equipo teniendo un rol diagnóstico, orientador y terapéutico para el paciente y/o su cuidador.

El estado nutricional no sólo es uno de los indicadores de salud fundamental sino que tiene un papel muy importante en la prevención y pronóstico de muchas enfermedades, como por ejemplo en las relaciones entre sal e hipertensión arterial, colesterol y ateroesclerosis; proteínas y úlceras de presión; antioxidantes en envejecimiento, patología cardiovascular, deterioro cognitivo y cataratas; omega 3 - 6 y cáncer, etc. Además, no olvidar que la dieta es un arma terapéutica fundamental en muchas enfermedades. Todo esto lleva a una reconocida e importante relación entre nutrición y morbi-mortalidad (3-5), sin embargo la malnutrición continúa siendo uno de los problemas clínicos más frecuentes y menos tomado en cuenta en la población geriátrica.

Un estudio español revela que hasta un 5% de los AM aparentemente sanos en la comunidad pueden presentar malnutrición calórico-proteica cualquiera que sea el instrumento de valoración utilizado, y que estos mayorita- riamente constituirían la población de futuros hospitalizados (6). Sullivan encontró que entre el 17 - 44% de AM con problemas médicos, el 30 - 65% de aquellos con patología quirúrgica y entre un 50 - 80% de los ingresados en una residencia presentaron un problema de malnutrición (7). Así, en pacientes hospitalizados la prevalencia de desnutrición puede alcanzar hasta un 65% considerando a los que ya la tenían a su ingreso. Reconociendo que tras periodos de hospitalización mayores a 2 semanas, hasta ¾ partes de los AM que tenían parámetros nutricionales normales a su ingreso experimentan un deterioro de los mismos (8,9). Manson, en E.E.U.U., describe que sólo se realizó un diagnostico de nutrición en el 52% de pacientes que ingresaron al hospital con un peso igual o inferior a 45,4 Kg y otros criterios antropométricos de malnutrición, además en más del 75% de los casos no se hicieron recomendaciones al respecto al alta (10).

En el Perú, en 1996, Pajuelo encontró que el 12 y el 25% de AM presentaron déficit y bajo peso. Sólo un 2% tuvo obesidad. El mayor déficit del área grasa fue del 59% en mujeres y del área muscular del 43% en varones (11). En 1998, Sandoval (12,13) usando escalas de valoración funcional, antropometría y el mini-nutritional test en pacientes ambulatorios AM del Hospital Cayetano Heredia encontró una prevalencia de malnutrición proteico-calórica de 36% (incrementándose con la edad), mientras que la prevalencia de obesidad fue de 42% (decreciendo con la edad). En el Centro Geriátrico Naval se encontró un 21.1% de malnutrición entre pacientes del Programa de Visita Domiciliaria, dependientes para actividades de vida diaria (14). Cifras oficiales de Instituto Nacional de Estadística del Perú (INEI), reportan en 1998 un 2.1% de desnutrición en las defunciones registradas. En cuanto a la morbilidad por desnutrición ese mismo año se reporta 2854 casos de los cuales fueron 1077 varones y 1777 mujeres, entre las edades de 60 a 65 años; y 917 varones y 1460 mujeres entre 66 a 99 años (15).

Como ya se mencionó el problema nutricional en el AM es de carácter multidimensional y tiene características que se repiten en otros síndromes geriátricos como pasar desapercibido, ser factor de riesgo importante de morbi-mortalidad, ser menospreciado, ser asumido como parte "normal" del envejecimiento, ser poco valorado, tener un costo de tratamiento alto y requerir una intervención multidisciplina- ria para su manejo, entre otras.


Factores que influyen el estado nutricional del anciano

Existe una diversidad de factores que puede influir en el estado nutricional del AM:

1. Cambios en el modo de vida: se producen como consecuencia de varios factores. Se ha descrito que se puede encontrar hasta tres patologías concomitantes en un AM, muchas de las cuales pueden influir de varias maneras en el estado nutricional. Esta pluripatología, conlleva frecuente- mente a la polifarmacia. Los AM consumen alrededor del 60% del gasto farmacéutico anual, en España. Muchos de los fármacos usados pueden influir en el estado nutricional (Tabla 1). La disminución de la actividad física y ejercicio contribuye a la sarcopenia (especialmente intensa después de los 60 años (16,17)). Esta última tiene, una gran dependencia del estado nutricional y relaciones importantes con respecto a potencia muscular, capacidad funcional, caídas, función respiratoria, sensibilidad a insulina. El mantenimiento de una masa magra adecuada mediante el ejercicio previene la disminución del consumo de calorías y el déficit en la ingesta de determinados micronutrientes (Vit D, Ca, Mg, Zn) que suele ocurrir en AM sedentarios (18). Quizás la consecuencia más importante de la pérdida muscular desde el punto de vista nutricional es su repercusión en las necesidades energéticas del individuo, que se calcula van a ir disminuyendo del orden de 100 Kcal/década (20). Otros factores a tener en cuenta son hábitos como el tabaquismo y alcoholismo. Por último, factores como el aislamiento y la pobreza, características frecuentemente descritas en los AM, tienen una influencia determinante en el estado nutricional.

TABLA 1
FARMACOS QUE PUEDEN INFLUIR
EN EL ESTADO NUTRICIONAL
Clase Fármaco Nutriente Afectado
Antiácidos
Bicarbonato Sódico
Hidróxido de Aluminio
Folato, fosfato, calcio, cobre
Anticonvulsionantes
Fenitoína, fenobarbital, primidona, Ac.
Valproico.
Ac. Fólico,
Vitamina D,K,
carnitina
Antibióticos
Tetraciclina
Gentamicina
Neomicina
Trimetropin
Isoniazida
Calcio.
K, Mg.
Grasa, nitrógeno.
Folato.
Vit. B6, D, niacina.  
Antinflamatorios
Sulfasalacina
Colchicina
Corticoides
Aspirina
Folato
Grasa, Vit B12
Vitamina D
Calcio
Ac. Ascórbico
Antineoplásicos
Metrotexato
Cisplatino
Folato, Ca.
Mg.
Anticoagulantes

Wafarina

Vitamina K

Antihipertensivos

Hidrazina

Vit B6
Diuréticos
Tiazidas
Furosemida
Triamtirene
 K, Mg.
K, Ca, Mg
Folato.
Antisecretores Gástricos
Cimetidina, ranitidina,
Omeprazol
B12, Ca, K, folato.
Vit B12, Ca,
folato, Ca, Zn
Hipolipemiantes
Colestiramina
Colestipol
Grasa,
Vit. K, A, B12
folatos.
Laxantes
Aceites minerales
fenoftaleína
Senósidos
Carotenos,
retinol, Vit. D y K
Psiquiátricos
Clorpromacina
Grasa, K, Ca.
Riboflavina

 

2. Entre los cambios fisiológicos en el AM los más influyentes con respecto a la nutrición son los que afectan al sistema gastrointestinal, a los órganos de los sentidos, a las pérdidas musculares, los ligados al sistema inmune o al desbalance metabólico en la regulación hídrica. En las tablas 2 y 3 se mencionan algunos cambios fisiológicos que repercuten en la nutrición del AM.

3. Los cambios psicológicos en el AM también influyen el estado nutricional. Los patrones de conducta y hábitos alimenticios adquiridos por muchos años son difíciles de cambiar. Existen situaciones que pueden alterar estas costumbres, variando los procesos normales de alimentación: enfermedad, viudez, hospitalización larga, hábitos alimenta- rios rígidos, desinterés, patología del cónyuge o cuidador, alejamiento de la familia, pérdida del poder adquisitivo, incapacidad física, etc.

Factores de riesgo para malnutrición en el AM

La disminución de la incidencia de malnutrición en el anciano por prevención primaria se pretende, entre otras cosas, a través del control de sus factores de riesgo (27,28):

Los principales factores de riesgo van a variar en función de la localización del AM, siendo esta de tres formas fundamentales: AM independiente que vive en la comunidad (pobreza, depresión, mala salud oral, alcohol, dieta inadecuada), AM dependiente que vive en la comunidad (deterioro cognitivo/funcional, aislamiento, enfermedades agudas o reagudizadas, depresión y dificultad de acceso a comida) y AM institucionalizados (incapacidad severa, polifarmacia, infecciones y úlceras de presión). Se puede clasificar los factores de riesgo para malnutrición según:

Ingesta inadecuada
- Depresión.
- Aislamiento social.
- Ignorancia nutricional.
- Pobreza.
- Anomalías sensoriales (visión, gusto, olfato, etc.).
- Deficiencias nutricionales.
- Enfermedades gastrointestinales (disfalgia, odinofagia, angina, abdominal, etc.).
- Deficiencias motoras (artritis, ictus, insuficiecia respiratoria o cardíaca, etc.).
- Alteraciones mentales (demencia).
- Dificultad para la masticación.
- Anorexia debida a la edad (modificada por fármacos, aumento de la saciedad, cáncer o EPOC).Absorción o utilización inadecuada-

Interacciones fármacos/alimentos.
- Cirugía previa.
- Enfermedades gastrointestinales .
- Aclorhidria.
- Alcoholismo.

Incremento de los requerimientos- Fiebre.
- Cirugía .
- Heridas .


Valoración del estado nutricional

Se postula que el primer paso para la valoración nutricional es la identificación de la población en riesgo (29). Una vez detectados estos grupos de riesgo se debe profundizar y analizar multidimensional e inter-disciplinariamente el caso para realizar la intervención adecuada.

La valoración nutricional debe incorporar, al menos, los siguientes aspectos: Valoración clínica, valoración de la dieta, medidas antropométricas y marcadores bioquímicos. Existen además métodos sofisticados para conocer en forma más cercana la composición corporal .

TABLA 2
CAMBIOS FISIOLÓGICOS EN EL APARATO DIGESTIVO
DURANTE EL ENVEJECIMIENTO QUE INFLUYEN
EN EL ESTADO NUTRICIONAL
Boca
Disminuye el olfato y gusto.
Menor potencia masticadora.
Atrofia de papilas gustativas.
Pérdida de piezas dentarias.
Boca seca, con dificultad para masticación,
formación del bolo y deglusión.
Esófago
Menor tono del esfínter esofágico superior.
Retraso de la relajación tras deglusión.
Incrementos en la presión de contracción
faríngea.
Estómago
Algunos refieren que no existe atrofia gástrica
fisiológica, la secreción gástrica es normal.
Otros mencionan alteración del medio ácido.
Aumenta el tiempo de vaciamiento para
líquidos, no para sólidos.
Intestino Delgado
Probable disminución de la absorción de calcio.
Disminución en la concentración de receptores
para vitamina D.
Motilidad
Gastrointestinal
Retraso del tránsito intestinal.
Mayor sensibilidad a hormona tiroidea.
Órganos Sensoriales

Deterioro de visión y audición.
Atrofia de receptores olfatorios.
Interferencia de relaciones sociales durante
la ingesta.

Función Respiratoria

Disminución de la capacidad respiratoria.
Limitación de actividades con disminución del
gasto calórico.

Función Renal
Disminución en la capacidad de concentración
urinaria.
Requiere mayor cantidad de agua para evitar
uremia.
Modificado de Cuesta & Matía (19)

Valoración clínica

Supone en la práctica algo tan simple y tan importante como recoger una historia cuidadosa del individuo, que haga hincapié de forma específica en todos aquellos aspectos con una eventual mayor incidencia en su estado nutritivo: síntomas presentes (anorexia, náuseas, baja de peso, etc.), hábitos dietéticos, cantidad de líquido, tipo e intervalo de comidas, uso de suplementos, uso de sondas, consumo de tóxicos (alcohol y tabaco sobretodo), antecedentes médicos y quirúrgicos, consumo de fármacos y eventuales reacciones adversas a los mismos, entorno social y condiciones de vida, etc. Es fundamental identificar las causas tratables de malnutrición lo más precozmente posible, para así poder intervenir. También una exploración física completa de carácter general, donde el mayor énfasis debe ponerse en los siguientes apartados: estado de la boca (ausencia de piezas dentarias, prótesis dental en malas condiciones), grado de hidratación, valoración de la piel, del sistema músculoesquelético y de los órganos de los sentidos. Cabe señalar que muchos de estos signos pueden verse influenciados por los cambios normales en la piel, tejido subcutáneo o faneras que se producen con el envejecimiento.

TABLA 3
CAMBIOS EN SISTEMAS QUE INTERRELACIONAN
CON EL ESTADO NUTRICIONAL
Sistema
Interrelación con Nutrición
Cambios Metabólicos
Aumento de la intolerancia de la glucosa.
Rol del Zn en las concentraciones del factor de crecimiento
insulina-like I (IGF-I), que a su vez desempeña papel importante
en la formación ósea y metabolismo proteico.
Masa Muscular
Sarcopenia.
Óseo
Masa ósea disminuída y su relación con ingesta de Ca, Vit. D y
Ac. Ascórbico.21, 22, 23
La hipoalbuminemia como marcador pronóstico en las cirugías de cadera,
sus complicaciones recuperación funcional 24.
Sistema Inmunitario
La síntesis prostaglandinas y leucotrienos puede verse modificada por
distintos nutrientes como la vitamina C, Se, Cu.
La producción de citoquinas por los monocitos se afecta en malnutridos.
Alteración de IL-2 en desnutridos 25.
El déficit de Zn se ha asociado con un defecto en el funcionamiento de
linfocitos T en AM sanos-
Sistema Nervioso
Relación de déficit de vitaminas con manifestaciones neurológicas.
Sistema Vascular

Aceleración de la pérdida de respuesta de los receptores beta-adrenérgicos
con el envejecimiento, ligada a la restricción alimentaria26.
Envejecimiento se asocia con elevaciones moderadas en los niveles de
homocisteína y aumento de factores de riesgo cardiovascular.
El metabolismo de la homocisteína intervienen Vit B6, B12.
Frecuencia de enfermedades influyentes (caquexia respiratoria, cardiaca).

Tejido Adiposo

Aumento con la edad y redistribución, concentrándose fundamentalmente
a nivel de abdomen y caderas.
Tendencia a perder grasa subcutánea y aumentar su disposición en áreas
más profundas periviscerales.

Finalmente, valoración del estado mental y la capacidad funcional, es decir, para llevar a cabo por si mismo las distintas actividades de la vida diaria (cocinar, alimentarse, aseo, etc). Las escalas de valoración funcional más usadas son Katz, Barthel, Cruz Roja y Lawton (30).

Se han establecido sistemas indi- rectos que, a través de escalas, encuestas o cuestionarios aportan una información global, menos detallada, pero que puede tener también utilidad tanto a nivel individual, sobretodo, para los estudios epidemiológicos.

TABLA 4
Déficit en...
Puede asociarse...
Proteinas
Mala cicatrización de heridas, úlceras de presión,
afectación inmunológica, atrofia y debilidad muscular.
Ingesta Calórica
Atrofia y debilidad muscular.
Vitamina D
Ostoporosis y debilidad muscular.
Folato
Anemia macrocítica, deterioro cognitivo.
Vitamina C
Mala cicatrización de heridas, equimosis..
Enf. Cardiovascular?. Cáncer?.
Vitamina B6

Neuropatía periférica, confusión, encefalotapía.

Vitamina B12

Anemia macrocítica, confusión, ataxia, alteración
de la propiocepción.

Vitamina B1 (Tiamina)
Beri-beri, Wernicke.
Vitamina B3 (Niacina)
Pelagra, demencia.
Acido Pantoténico
Degeneración mielínica.
Vitamina E
Degeneración espinocerebelosa; axonopatía
periférica. Demencia?. Cáncer?.
Hierro
Anemia microcítica, debilidad.
Zinc
Disminución del apetito, mala cicatrización, disgeusia
Cálcio
Osteoporosis, aumento del riesgo de fracturas

El cuestionario conocido como "conozca su salud nutricional", propuesto por Fishman y la NSI (31) (Nutritional Screening Initiative) es autoadministrado y se puede utilizar en AM independiente como un indicador de riesgo nutricional y no como prueba diagnóstica (Tabla 5).

Se ha descrito indicadores mayores y menores de nutrición, siendo mayor la probabilidad de malnutrición a mayor número y categoría de criterios presentes (26) (Tabla 6).

En AM hospitalizas, institucionalizados o simplemente "ancianos frágiles" se puede utilizar el Mini-Nutritional Test (32), para valorar el riesgo nutricional (Tabla 7). Se debe recordar que estas escalas se ven influidas por el estado mental, cultural y la calidad de informante del paciente y/o su cuidador.

Parámetros antropométricos
.
Representan un pilar fundamental en la valoración nutricional del individuo. En el caso del anciano pueden tener un menor valor debido a varias circunstancias. Entre ellas una menor fiabilidad intra e interobservador. También las propias modificaciones en la estructura física del sujeto, especialmente aquellas referidas a los cambios en la talla (alteraciones en vértebras, discos intervertebrales y cambios de postura) y en la composición corporal (relación agua/grasa), redistribución de la grasa subcutánea y cambios en la piel. De igual forma, se debe tomar en cuenta, la mayor variabilidad individual y las mayores dificultades en cuanto a colaboración, por ejemplo puede ser difícil pesar o tallar al paciente. Y por último, las dificultades para encontrar unos valores de referencia adecuados. En todo caso se trata de problemas que pueden ser superados y que ni justifican omitir esta valoración ni restan interés clínico y pronóstico a los datos obtenidos. Un punto de interés es la necesidad de disponer de tablas de referencia obtenidas a partir de datos locales (adecuados a nuestra realidad étnica) como patrón de normalidad.

TABLA 5
CONOZCA SU SALUD NUTRICIONAL
Preguntas
Puntos
1. He tenido una enfermedad o afección que me ha hecho cambiar el tipo y/o la cantidad de alimento que como. 2
2. Tomo menos de 2 comidas al día. 3
3. Como poca fruta, vegetales o productos lácteos. 2
4. Tomo más de 3 vasos de cerveza, licor o vino casi a diario. 2
5. Tengo problemas dentales que me hacen difícil comer. 2
6. No siempre tengo suficiente dinero para comprar la comida que necesito. 4
7. Como solo la mayoría de las veces. 1
8. Tomo a diario 3 o más fármacos recetados por mi cuenta. 1
9. Sin quererlo, he perdido o ganado 5 kg de peso en los últimos 6 meses. 2
10. No siempre puedo comprar, cocinar y/o comer por mi mismo por problemas físicos. 2
   
0-2: Estado nutricional bueno. Reevaluar en 6 meses.
3-5: Estado nutricional moderado. Medidas para mejorar hábitos alimentarios y estilo de vida. Reevaluar en 3 meses.
> 5: Riesgo nutricional alto. Lleve el cuestionario a su médico o profesional de salud.
 

 

TABLA 6
INDICADORES DE MALNUTRICIÓN D EN EL AM
Indicadores Mayores
Indicadores Menores
Pérdida de peso > de 5 Kg
Alcoholismo
Bajo peso / sobrepeso
Deterioro cognitivo
Cambio de estado funcional
Insuficiencia renal crónica
Circunferencia muscular del
brazo <10 percentil
Polimedicación
Pliegue cutáneo tricipital < 10
percentil
Cambios en el hábito intestinal
Obesidad
Fatiga, apatía, pérdida de memoria
Enfermedades relacionadas con
la nutrición
Mal estado oral o dental
Osteoporosis
Deshidratación
Osteomalacia
Mala cicatrización de las heridas
Déficit de Folato
Pérdida de grasa subcutánea o masa muscular
Déficit de Vitamina B12
Retención de líquidos 
 
Disminución de hierro,
ácido ascórbico o Cinc
Indicadores mayores o menores : suplementos dietéticos.
Dos o más indicadores mayores y se niega a comer: alimentación enteral
(soada nasogástrica o gastrostomía).

 

TABLA 7
MINI NUTRITIONAL TEST
Indice de masa corporal
Consumo de marcadores de ingesta de proteínas
< 19 = 0
19 - 21 = 1
21 - 23 = 2
> 23 = 3
Al menos 1 derivado de leche al día. Si/No
2 ó + platos de legumbres o huevos a la
semana. Si/No
Carne, pescado, pollo cada día. Si/No

0 a 1 Si = 0
2 Si = 0.5
3 Si = 1

Circunf. del brazo (cm)
Consume 2 ó más platos de fruta al día
< 21 = 0
21 - 22 = 0.5
> 22 = 1
No = 0 Si = 1
Circunf. de pierna
Pérdida de peso en los últimos 3 meses
< 31 = 0
> 31 = 1
Pérdida severa = 0
Pérdida moderada = 1
No pérdida = 2
Pérdida de peso en 3 meses
Ingesta líquida al día
< 3 kg = 0
Desconocido = 1
1 - 3 = 2
Sin pérdida = 3
Menos de 3 vasos = 0
De 3 a 5 vasos = 1
Más de 5 vasos = 2
Vive independiente
Modo de ingesta
No = 0 Si = 1
Incapaz sin ayuda = 0
Sólo con dificultad = 1
Sólo sin problemas = 2
Más de 3 medicinas /día
Se ven así mismos con problemas
nutricionales
Si = 0 No = 1
Incapaz sin ayuda = 0
Sólo con dificultad = 1
Sólo sin problemas = 2
 
Disminución de hierro,
ácido ascórbico o Cinc
Enfermedad aguda o estrés
psicológico en los últimos
3 meses
En relación con otra gente de la misma edad, como considera su estado de salud
Si = 0 No = 1
No tan buena =0
No sabe =0.5
Tan buena =1
Mejor =2
Movilidad  
Encarnado o silla = 0
Se levanta pero no sale a la calle =1
Sale a la calle = 2
 
Problema neuropsicológico  
Demencia severa o depresión = 0
Demencia leve =1
No problemas = 2
 
Úlceras por presión  
Si = 0 No =1 1  
Comidas completas al día Puntuación Total
1 comida = 0
2 comidas = 1
3 comidas = 2
> de 24 = bien nutrido
17 a 23.5 = riesgo de
malnutrición
< de 17 = malnutrición

Los parámetros antropométricos podemos diferenciar-los en dos grandes grupos. En primer término el peso y la talla, y, ligado a ellos el índice de masa corporal (IMC), que suele utilizarse como patrón-oro para diagnosticar obesidad o desnutrición calórico proteica. En segundo lugar todas aquellas medias relacionadas con pliegues, circunferencias o medicio- nes llevadas a cabo en distintas partes de nuestra anatomía.

Un IMC inferior a 20 suele ser admitido como marcador de desnutrición, mientras que se habla de sobrepeso con valores de IMC entre 25 y 28, y de obesidad, cuando alcanzan o rebasan los 30. Respecto al peso, más que el actual basándose en percentiles, es su variación en el tiempo con respecto al peso habitual (pérdida porcentual) lo que se considera como un importante marcador de problema nutricional. Indican malnu-trición una pérdida (sin dieta voluntaria) del 10% en 6 meses, 7% en 3 meses, 5% en 1 mes ó 2% en una semana.

Cuando existe imposibilidad puede calcularse de forma indirecta a través de la medición de la distancia talón-rodilla mediante una fórmula.

Una limitación para el empleo exclusivo del IMC como parámetro nutricional es su falta de información cualitativa acerca de cuestiones tan relevantes como los niveles séricos de micronutrientes o el grado de hidratación del individuo, aspectos con una importante significación diagnóstica y pronóstica en gran número de situaciones clínicas.

La relación cintura-cadera, se ha mostrado útil como predictor de riesgo asociado a otras enfermedades. En los varones se considera normal una relación menor de 1 y en las mujeres menor de 0.8. Valores más altos se asocian a un aumento en el riesgo cardiovascular.

Los pliegues cutáneos son un buen índice de la masa grasa corporal en la medida en la que el 50% del tejido adiposo se encuentra en el espacio subcutáneo. El pliegue más utilizado en el pliegue cutáneo tricipital.

La circunferencia del brazo y el perímetro muscular del brazo son parámetros útiles para estimar la masa muscular. El primero se mide en el mismo punto y circunstancias que el pliegue tricipital. El segundo se calcula a partir de las dos mediciones anteriores según una fórmula: PMB= CB - (PCT x 0.314).

Se debe considerar que muchas veces, algunos de estos métodos antropométricos requieren de tiempo y en ocasiones dispositivos (calibrador de pliegues) no disponibles en la consulta.

Parámetros bioquímicos

Suelen alterarse antes que los antropométricos, aunque para su valoración hay que tener en cuenta que, con independencia de la situación nutricional, pueden experimentar modificaciones en base a diferentes enfermedades agudas o crónicas.

Existen descritos varios parámetros bioquímicos que se pueden usar para valoración nutricional y se pueden dividir en marcadores de desnutrición "somática" y "visceral" (33) (Tabla 8).

TABLA 8
PARÁMETROS BIOQUÍMICOS
Albúmina
Transferrina
Prealbúmina
Proteína ligada al retinol
Fibronectina
Somatomedina C
Hemoglobina
Hierro sérico
Colesterol
Á cido fólico
Vitamina B12 y otras
Creatinina sérica y urinaria
Amioácido 3-mtilhistidina en orina

Un marcador importante para determinar el comparti-miento muscular (desnutrición somática) es la excreción de creatinina durante las 24 horas (1gr de creatinina urinaria representa aproximadamente 18 gramos de masa muscular) (34). Los valores normales son 23mg/Kg/d en hombres y 18 mg/Kg/d en mujeres. También se puede usar el índice creatinina-altura (un índice superior al > 90% indica disminución de proteína muscular nula, 80 a 90% leve, 60 al 80% moderada y < de 60% disminución grave). Cabe señalar que la excreción de creatinina puede variar con el tratamiento diurético (disminuye), con el ejercicio intenso o después de la ingesta de carne no bien cocida (aumenta).

Los marcadores "viscerales" permiten evaluar en forma indirecta el estado de las proteínas esplácnicas, las que no son accesibles a la clínica. La albúmina (< 3) ha sido el marcador bioquímico de nutrición más ampliamente utilizado. Sin em-bargo, algunos autores realzan su papel más que como marcador nutricional, como marcador pronóstico de morbi-mortalidad. Uno de los inconvenientes con la albúmina es su poca utilidad para detectar alteraciones nutricionales en períodos cortos, ya que su vida media es de 20 días. Otro factor en contra es que sus valores varían en muchas situaciones clínicas. En post-operados inmediatos la albúmina pasa del compartimento intravascular al hístico y en pacientes muy desnutridos pasa del compartimento hístico al intravascular; sin que esto signifique variaciones en la albúmina corporal total. También varía su nivel en relación con el estado de hidratación (aumenta en deshidratados y disminuye en sobrehidratados). La transferrina también se puede usar, tiene una vida media más corta (8 días), pero también varía en situaciones como: inflamación crónica, anemia ferropénica, tratamiento con suplementos de hierro. La prealbúmina, con una vida media más corta (2 días) es un indicador sensible de cambios recientes en el estado nutricional. Puede verse afectada en infecciones (disminuye) o en insuficiencia renal (aumenta). También se puede usar otras proteínas como la fibronectina plamática, somatomedina C (vida media 24 horas) y proteína ligada al retinol (vida media de 12 horas).

 

 

Las tasas de colesterol total han sido evaluadas como marcador de mal pronóstico cuando sus niveles séricos están por debajo de 140 mg/dl.

La determinación directa de los valores séricos de minerales y micronutrientes constituye la mejor aproximación al estado nutricional del individuo relacionada con estos parámetros, aunque solamente procede recurrir a ella en caso de sospecha razonada de déficit o bien en el curso de estudios poblacionales.

Parámetros inmunológicos

Se describe que con la edad se afecta el funcionamiento del sistema inmune, además la desnutrición puede tener implicancias inmunológicas a varios niveles (ej: alteración en IL2).

Los parámetros más usados son el número de linfocitos totales (menor de 1000) y la anergia a las reacciones de hipersensibilidad cutánea.

Métodos para determinar la composición corporal

Debido a la falta de especificidad de muchos de los parámetros antes descritos por su afectación por otros factores distintos a la nutrición (ej: patologías), se ha desarrollado métodos de medición de la composición corporal más sofisticados y precisos, que se basan en la clasificación del cuerpo en 5 niveles diferentes según la complejidad del análisis: atómico, molecular, celular, tisular y corporal. Los principales son: Dilución Isotópica, Impedancia Bioeléctrica, Densitometría, Absorciometría, Análisis de la Activación de Neutrones, Tomografía Axial Computarizada y Resonancia Magnética Nuclear.

Requerimientos energéticos, macro y micronutrientes en el AM

En el anciano las necesidades energéticas son menores (35) ya que la energía es consumida por los tejidos metabó- licamente activo, sobretodo la masa muscular (disminuye un 6% por década después de los 30 años) entre otras cosas por la por la reducción de la actividad física.

Los requerimientos energéticos se definen "como la energía procedente de los alimentos necesaria para satisfacer las necesidades del individuo con una determinada superficie corporal y actividad física en un estado de salud buena". El desequilibrio entre ingesta y gasto energético dará lugar a un cambio en el peso y la composición corporal del individuo.

El cálculo del gasto energético se hace, al igual que en los adultos jóvenes considerando el gasto energético basal, la termogénesis por la dieta, el gasto por actividad y de ser el caso el factor de estrés o situación especial concomitante. Se puede usar la fórmula de Harri-Benedict o de forma abreviada considerar entre 35 y 55 Kcal/Kg/d en varones, y 30 y 50 Kcal/Kg/d si es mujer. Sin olvidar que cada caso debe ser individualizado según sus características específicas.

Las recomendaciones para el reparto calórico total entre los componentes de la dieta tampoco son distintas de los establecidos para otros grupo de edad a no ser que exista alguna patología asociada. Así, se recomienda 50-55% de hidratos de carbono, 30-35% de lípidos. Y 12-15% de proteínas.

Los hidratos de carbono deben ser el 5-20% simples y el 35-40% complejos. Recomendaciones mínimas 80-100 gr/día. La fibra de 15 -20 gr/d y se debe introducir progresivamente.

Respecto a las proteínas hay muchos trabajos pero se recomienda entre 0.8 y 1g/Kg/día o el 12 al 15% de las Kcal totales.

Los lípidos deben ser 1g/Kg/día, siendo el 30% de la ingesta calórica total. Menos del 10% de ácidos grasos saturados, 10-15% de monoinsaturados, 10% de poliinsa- turados. Ácido linolénico 6/10 y ácido linoleico 15-20g/día sin sobrepasar el 10% del total de energía.

Mucho se ha escrito y está actualmente en controversia respecto a los micronutrientes y oligoelementos; pero se puede concluir, sin olvidar que cada caso puede ser individualizado, que las recomendaciones dietéticas para la población geriá-trica, en general, son cantidades:

-Apropiadas para tiamina, riboflavina y ácido ascórbico.
-Bajas para Vitaminas B6, B12, D, debido a cambios en el metabolismo con la edad.
-Altas para vitamina A y ácido fólico.

En controversia están las recomendaciones para vitamina E, K, Niacina, biotina y ácido pantoténico.

Respecto a los oligoelementos: adecuadas para el Fe, debiendo aumentar en gastrectomizados o malabsorción. Bajos para el Zn, Cr, Se. Las cupremias, suelen aumentar en los ancianos (36). Respecto al calcio se recomienda una ingesta diaria de 1.2 gramos.

Se ha publicado mucho respecto al papel de ciertas vitaminas (mega dosis) y sustancias (licopenos, gingo biloa, etc.) como tratamiento o prevención de diversas patologías, sin embargo hay controversia entre los autores, lo que deberá ser aclarado con estudios prospectivos a largo plazo. Nosotros opinamos, hasta el momento, que no es imprescindible el uso de suplemento de vitaminas específicos en pacientes adultos mayores sanos con una dieta adecuada.

Obesidad en el AM

La obesidad es una enfermedad crónica que además de repercusiones físicas tiene implicancias psicológicas y sociales. Todos los estudios sobre envejecimiento demuestran que normalmente con el paso del tiempo se tiende a ganar peso (menor actividad física, menor consumo de energía, etc.). La tasa de metabolismo basal se reduce un 2% cada década. Cabe resaltar que en AM son más frecuentes patologías en las que la obesidad es un síntoma (hipotiroidismo, depresión, uso de corticoides, demencia, inmovilidad, y otros trastornos de conducta).

Existe controversia y se debe tener cuidado respecto la indicación de bajar de peso en AM. Hay trabajos que demuestran que las personas que ganan algo de peso conforme pasan los años viven más tiempo que aquellas que se mantienen en el mismo peso a lo largo de su vida o pierden peso. La pérdida de peso prolongada al igual que las personas con ganancias de peso muy grandes tienen mayor mortalidad (37). De hecho la obesidad, en poblaciones más jóvenes ha demostrado relación con algunas patologías como la coronaria, hiperten- sión arterial, ictus, apnea del sueño, diabetes mellitus, colelitiasis, artrosis, inmovilidad y algunos cánceres; no hay resultados concluyentes en la población mayor de 80 a más años (38). Las recomendaciones deben individualizarse y a mayor edad, mayor prudencia habrá que tener a la hora de recomendar la pérdida de peso (39). Se menciona como límites para tratamiento un índice de masa corporal mayor (no inferior) de 32. Así mismo en personas entre 65 a 70 años, por lo demás sanas, con sobrepeso mayor del 120%, o en mayores de 70 años sólo si existe una enfermedad que pueda mejorar significativamente con una dieta prudente (diabetes, dolor lumbar). No se debe perder más de 250-500g a la semana.

El valor de una dieta estricta con restricciones en ciertos pacientes desnutridos (hipertensos, insuficientes renales, etc.) es controversial.


Nutrición y pacientes con enfermedad en estadio terminal

En geriatría no es infrecuente encontrar a pacientes con enfermedades en fase terminal con múltiples problemas, falta de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento específico y pronóstico de vida menor de 6 meses (demencia, cáncer, etc.). El estado nutricional y la disminución o ausencia de apetito tiene múltiples implicancias (físicas, psicológicas, sociales) en el paciente y su familia. En patologías como el cáncer terminal en las cuales se ha demostrado que el aumento de la ingesta calórica no hace reversible el síndrome caquexia-anorexia, la estrategia terapéutica debe ser encaminada a conseguir bienestar y calidad de vida en el paciente. De ser el caso, se debe adaptar al paciente a una ingesta reducida y aun deterioro físico progresivo con medidas tendientes al mantenimiento del placer y satisfacción por la comida y bebida. Algunas recomendaciones son la preparación del ambiente (higiene adecuada, mejora de autoestima, no procedimientos dolorosos antes de alimentos), seguir preferencias del paciente, reparo en preparación y presentación de alimentos (fraccionamiento de dieta, sabor, consistencia, evitar productos que exacerben náuseas o estreñimiento, vajilla, suplementos dietéticos, etc.). Es muy importante el conocimiento y práctica de conceptos de medicina paliativa para el manejo de síntomas y situaciones que pueden influir en el apetito (náuseas, vómitos, obstrucción intestinal, depresión, dolor, etc.). Se ha descrito que en pacientes con un pronóstico fatal a corto plazo (deterioro de día a día), la hidratación y alimentación pueden ser innecesarias (40). En este momento surgen conceptos como el del encarnizamiento terapéutico (distanasia) o el de conductas terapéuticas encaminadas a respetar la evolución natural de la enfermedad acompañando al moribundo, abstención terapéutica y la supresión de medidas inadecuadas (ortotanasia). El tratamiento activo o medidas invasoras en pacientes sin curación han sido consideradas como crueles, técnicamente incorrectas y éticamente inadecuadas (41).


Nutrición enteral en AM

Es común en geriatría enfrentarnos a la necesidad de usar nutrición enteral a través de sondas u ostomías con el fin, entre otras cosas, de evitar o corregir la desnutrición. Están ampliamente demostrados las ventajas de la alimentación enteral con respecto a la parenteral. Así mismo, algunos autores recomiendan "la prioridad en la utilización de alimentos naturales, a ser posible, sobre las fórmulas químicamente definidas; pero la utilización de sondas de pequeño calibre, la necesidad de controlar la densidad calórica de las fórmulas a administrar o incluso el método de administración mediante gravedad en presión continua, la calidad del cuidador principal, hace que hoy en día sea casi imprescindible la utilización de preparados comerciales". Los beneficios de las fórmulas se han descrito con relación a las características químicas de sus componentes (compuestos monoméricos, aminoácidos de cadena corta o larga etc.). Las fórmulas pueden usarse como suplementos o como reemplazo nutricional total. Esto en nuestro medio, tiene implicancias socioeconómicas importantes, ya que muchas veces no pueden ser adquiridos por la familia debido al costo. Esto hace que las fórmulas artesanales (teniendo como componentes importantes el huevo y la leche) tengan especial relevancia en nuestro medio, reafirmando la importancia del nutricionista como parte del equipo multidisciplinario. Existe una variedad de alimentos autóctonos del Perú con propiedades nutricionales importantes y bajo costo (Tabla 9).

En España existe una relación de patologías subsidiarias de recibir nutrición enteral domiciliaria financiada por el Sistema Nacional de Salud (42), reglamentada por una orden ministerial.

La sonda nasogástrica es la técnica de alimentación enteral más usada y recomendada por períodos de tiempo corto (< 6-8 semanas). Cuando las necesidades de nutrición es a largo plazo (> de 6-8 semanas) las gastrostomía o yeyunostomía son los procedimientos indicados según el caso. Se han descrito beneficios de la gastrostomía frente a la sonda nasogástrica: no-riesgo de colocación laríngea, < riesgo de movilización accidental, < riesgo de complicaciones locales, no úlceras faríngeas, < riesgo de aspiración bronquial, < obstrucción de la sonda, < calibre de la sonda, nutrición más completa y rápida. La técnica para gastrotomías que se prefiere en AM es la percutánea ya que, a diferencia de la gastrostomía quirúrgica convencional, no requiere anestesia general (sólo local), supone menor tiempo de intervención (aprox. 15 min.), menor morbi-mortalidad, menos cuidados post-operatorios, menor estancia hospitalaria, inicio más temprano de alimentación y menor costo económico.

Orientaciones dietéticas

Cualquier política orientada a un seguimiento nutricional del anciano debe incluir los siguientes puntos: valoración inicial y programa de revaluaciones periódicas de acuerdo con los datos escogidos en la misma; recomendaciones en orden a una alimentación sana y bien equilibrada, que responda en cada caso a las necesidades individuales de cada paciente.

Otros aspectos importantes a tomar en cuenta son la cantidad de agua y la fibra. El proceso de envejecer se asocia a pérdidas de líquido intra y extracelular, lo que, unido a la atenuación en el mecanismo de la sed asociada a la edad, al mayor riesgo de pérdidas y al aumento de la vulnerabilidad de los diferentes órganos y sistemas de nuestra economía a las consecuencias de la deshidratación, puede generar cuadros clínicos muy graves. Por ello y como norma debe recomendar- se la ingesta diaria de, al menos, 1.5 - 2 litros de líquido en cualquiera de sus formas. El empleo regular de la fibra incor-porada a la dieta, o, si fuera necesario, como suplemento de la misma, va a mejorar la función intestinal compensando la tendencia al estreñimiento secundaria a las pérdidas en la función motora del tubo digestivo y además va a permitir un mejor control metabólico en enfermedades de alta prevalencia en el adulto mayor.

Otras recomendaciones de carácter general relativas a la dieta pueden ser las siguientes: evitar dietas excesivamente uniformes o basadas en una política de prohibiciones, preparar los menús de acuerdo con los hábitos culturales del anciano, buscar una presentación atractiva, establecer un esquema de 4-5 comidas al día, ingerir el contenido líquido de los alimentos en orden a aprovechar sus minerales y vitaminas, evitar o reducir los fritos, consumir frutas y vegetales frescos.

En los casos de desnutrición el protocolo de actuación debe tomar en consideración los siguientes puntos: buscar y tratar si es posible la enfermedad responsable de la misma, valorar los efectos de esta malnutrición sobre los diferentes sistemas del organismo, iniciar un programa dietético abierto (incentivado y supervisado) en el que se permita añadir a la alimentación suplementos orales nutricionales si fueran necesarios. Y si después de 1 mes no mejora el IMC o los niveles séricos de albumina se mantienen por debajo de 2.8 gr/dl iniciar nutrición enteral.

En conclusión, la valoración e intervención nutricional es un instrumento de prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación del AM, que debe ser periódicamente valorada a fin de detectar trastornos en los que se intervendrá, en forma individualizada, sin dejar de lado la realidad socioeconómica en la que se trabaja, así como, la cantidad y calidad de apoyo familiar que se tiene.

TABLA 9
COMPOSICIÓN DE ALGUNOS ALIMENTOS AUTÓCTONOS
DEL PERÚ COMPARADOS CON LOS HABITUALES
Cálculo por 100gr de cada alimento
Energía
Kcal
Prot.
gr
Gras.
gr
C-H
gr
Fibra
gr
Ca
mg
Fe
mgr
Ac. acébico
mgr
Huevo 139 12.9 8.4 1.9 - 30 1.1 2.5
Leche 63 3.1 3.5 4.8 - 106 1.3 0.5
Res 105 21.3 1.6 - - 16 3.4 -
Kiwicha tostada 428 14.5 7.8 74.3 3 283 8.1 0.5
Cañihua tostada 340 14.3 5 62.8 8.4 87 10.8 2.2
Quinua dulce rosada 372 12.3 7.2 67.1 7 80 4.3 -
Tarhui 277 17.3 17.5 17.3 3.8 54 2.3 -
Maña seca 268 3.2 2.8 66.3 8.4 2237 22.4 -
Maca tubérculo 314 11.8 1.6 66.4 - 247 14.7 2.5
Cancha tostada 380 7.2 4.6 82.1 4.4 11 2.7 8.8
Ziqui-zapa hormiga 486 36.3 28.9 18.4 ¿? 89 12.7 -
Llampan Cjana
"cjana cjana"
250 29.5 6 36.8 ¿? 1600 41.1 -

MINSA-INS. INS. Cerro Nac. de Alim. y Nut. Tablas peruanas de Composición de alimentos.1996.

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42. Anexo de la orden ministerial 13742 del 2 de Junio de 1998 para la regulación de la nutrición enteral domiciliaria en el sistema nacional de salud.

(*) Médico Asistente de Geriatría del Centro Geriátrico Naval. Catedrático de Geriatría de la Universidad Particular San Martín
de Porres (UPSMP)
(**) Médico Asistente de Geriatría del Centro Geriátrico Naval. Catedrático de Geriatría de la Universidad Particular San Martín
de Porres (UPSMP)