Carlos Monje Cassinelli
1921 - 2006

A la edad de 84 años se ha ido Carlos Monge Cassinelli, Medalla de Oro Hipólito Unánue en reconocimiento a su vida dedicada a la investigación científica y a sus importantes logros en el campo biomédico, principalmente en el de la Biología Andina, que abriera al mundo su padre Dn. Carlos Monge Medrano, fundador del Instituto que lleva su nombre en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Desde 1950 a 1953 trabajé con Choclo (así lo llamaban sus padres, sus compañeros, amigos, sus jefes, sus alumnos y sus pares en el Perú y en el extranjero); yo era estudiante de 5to.año de Medicina y fuí su primer ayudante en el Laboratorio de la Cátedra de Clínica Médica en el Hospital Loayza (nos separan cuatro años de edad, que ahora son nada y que hace 50 años tampoco lo eran por el carácter de Choclo alejado de todo lo hierático).

Monge Cassinelli, comenzó muy joven a hacer camino en la investigación científica. Por consejo de su padre ingresó como estudiante al Instituto de Biología Andina bajo la tutela de Dn. Alberto Hurtado Abadía. En 1948 se graduó de Bachiller en Medicina con la tesis “Glucosa, ácido láctico y pirúvico a nivel del mar y la altura”; sus resultados muestran que los hombres de altura producen menos lactato, después del ejercicio, que los que viven a nivel del mar. Paradoja confirmada después y que aún es motivo de estudio. Se recibió de médico el mismo año y viajó a la Universidad de Johns Hopkins con beca de la Fundación Rockefeller. Regresó en 1950 y comenzó a trabajar en la Cátedra de Clínica Médica. Allí comencé como ya lo he dicho, a colaborar con él. Poco a poco se incorporaron otros jóvenes (Guillermo Whittembury, Javier Fernández Ñique, Carlos Rizo Patrón., Yolanda Sakata, Edda Horna, entre los que recuerdo). Comienza a hacer docencia en investigación.

De esa época son los trabajos sobre electrolitos en el pre y post operatorio, los estudios de dinámica respiratoria a nivel del mar y en nativos de las grandes alturas, entre otros trabajos. Su tesis de Doctor en Medicina trata de “La insuficiencia renal glomerular: evaluación cuantitativa e interrelaciones funcionales”. Es un aporte importante al conocimiento de la Fisiología Renal. Va entrando gente nueva al Laboratorio del Loayza, César Torres, Rodolfo Lozano, el Ing. José Whittembury. Con ellos introducen la diálisis renal para el tratamiento de la insuficiencia renal.
En 1961 participa en la fundación de la hoy Universidad Peruana Cayetano Heredia. En 1962 es Jefe del Departamento de Medicina del Hospital Cayetano Heredia y Miembro del Instituto de Investigaciones de la Altura, de la nueva Universidad. En 1985, se traslada de la Facultad de Medicina a la de Ciencias y Filosofía, y crea el Laboratorio de Transporte de Oxígeno.

A mediados de 1960, renueva su interés por los estudios de eritremia de la altura y aparecen sus últimas publicaciones con su padre, sobre el tema. En las Jornadas Científicas de la Universidad, que llevan su nombre (2001), Monge presentó las contribuciones del Laboratorio de Transporte de Oxígeno.

El Laboratorio lo dirige ahora la Dra. Fabiola León Velarde, del discurso que ella pronunciara en las Jornadas mencionadas copio lo siguiente:

"Sus conclusiones han desarollado persistentemente el concepto de que la eritremia de altura no es una adaptación adecuada y que el diseño fisiológico del hombre andino corresponde al diseño del hombre del nivel del mar. Estos resultados son extensibles a los animales domésticos. que los españoles trajeron a Sudamérica e introdujeron en los Andes".

"Carlos Monge -continúa la Dra. León Velarde- ha establecido una clara diferencia entre animales con adaptación fenotípica y animales con adaptación genotípica, en quienes la selección opera simultáneamente sobre genes que controlan independientemente los complejos procesos de la ventilación pulmonar, la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno y la eritremia de la Altura".

No voy a recitar su currículum vitae ni pormenorizar sus publicaciones, artículos, libros y capítulos de libros, ni las conferencias, simposios, mesas redondas en que ha participado. Señalo sí, sus más de veinte expediciones científicas que lo llevan de los Andes al Himalaya. Por su obra recibe -a lo largo de su vida- múltiples reconocimientos, señalo algunos: recibe el Premio Nacional de Cultura del Perú (1972), es Fellow del Churchill College, de Inglaterra (1973), Miembro Honorario del American College of Physicians (1978), Scholar de National Institute of Health (1979), Miembro Honorario de la Universidad de Alabama (1980), y de la Academia de Medicina de Chile (1983), Amauta (1992), Fellow de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation (1994), y sigue la lista.

En 1991, al cumplir los 70 años, la Universidad Peruana Cayetano Heredia, le rindió un cumplido homenaje, fruto del cual es la publicación "Hipoxia: Investigaciones Básicas y Clínicas", que editan en 1993 Fabiola León Velarde y Alberto Arregui. En ella participan distinguidos especialistas nacionales y extranjeros. El Ac. Roger Guerra-García -Rector de la Universidad Peruana Cayetano Heredia en ese momento- tiene a su cargo la presentación del libro.
En 1995, The Ninth International Hypoxia Symposium, en Lake Louise, Alberta; Canadá, es dedicado a Carlos Monge Casinelli.

En 2000, Monge tiene a su cargo la Conferencia inaugural de The Fourth World Congress of High Altitude Medicine and Physiology; en Arica-Chile.

El mismo año recibe la Medalla de Oro, de la Fundación Instituto Hipólito Unánue.

El mejor homenaje a un maestro es el reconocimiento del discípulo que tiende a superarlo; asi lo dice Fabiola León Velarde: "Choclo ha compartido siempre y con cada uno de los miembros del laboratorio su manera de ver y sentir la vida, haciendo sentirnos como en casa, una casa donde siempre se trabajó en armonía con mucha alegría y confianza, pero sobre todo con un gran respeto por el conocimiento con "C" mayúscula. Aprendimos con él, que hacer investigación en el Perú no es fácil, pero que como todo reto la recompensa no sólo está al final del camino, sino en el placer de ir recorriendo con corazón y energía ese camino".

"Aprendimos que mientras existan personas como Choclo, quien ha dedicado toda su vida a la investigación, tendremos confianza en el futuro de la Ciencia en el Perú"...

"Ha sido y es un placer trabajar con Choclo..... considero que seguir trabajando con la misma seriedad, alegría, entusiasmo y un punto de excepticismo, aún sobre nuestras propias hipótesis, es el mejor tributo que podemos rendirle al maestro, al colega, al amigo”.

Alberto Cazorla Tálleri