VOLÚMEN 52 - NÚMERO 1 - ENERO - MARZO 2013

   
El experimento de Daniel Alcides Carrión: Una historia real

David Salinas Flores (1)

“El que dice cual es, dice la verdad”
Platón:
Diálogos: Euthypides

Resumen

El experimento de Daniel Alcides Carrión, ha sido analizado mayormente con poca objetividad, repitiéndose conceptos equivocados, con el fin de conocer la verdad, se realiza un análisis basándose en documentos escritos por Carrión, los testigos de su experimento y fuentes históricas de la época. Revelando lo siguiente: El experimento de Carrión fue un aporte para la ciencia, brindó la evidencia clínica de la teoría unicista de la bartonelosis producida por bartonella bacilliformis, aunque Carrión no diseñó ni demostró esta teoría unicista, la demostración de esta teoría la realizaría Noguchi en 1926. Es probable que la enfermedad que haya tenido Carrión sea la bartonelosis humana producida por la bartonella bacilliformis, Carrión se equivocó al diseñar su experimento dado que él creía que iba a desarrollar la fase benigna de esta infección, su aporte clínico de la teoría unicista de esta enfermedad fue un acto de serendipia. La Junta Médica postergó la transfusión sanguínea para experimentar en Carrión con inyecciones de ácido fénico endovenosas como tratamiento de su infección, siendo este tóxico antiséptico probablemente el precipitante de su muerte,

Palabras clave: Daniel A. Carrión, Enfermedad de Carrión, Bartonelosis Autoexperimentación, Julián Arce, ácido fénico.

Abstract

The Daniel Alcides Carrion's experiment has been analyzed mostly with little objectivity, repeating misconceptions, in order to know the truth, an analysis based on documents written by Carrión, witnesses of their experiment and historical sources of the time. Revealing the following: Carrion's experiment was a contribution to science, provided clinical evidence of unicist theory of bartonelosis caused by Bartonella bacilliformis, although Carrión not designed nor demonstrate this theory, demonstration of this theory would make Noguchi in 1926. It is likely that the disease was Carrión was human bartonelosis caused by Bartonella bacilliformis, he was wrong to design your experiment because he believed it would develop benign phase of this infection, their clinical contribution of unicist theory was an act of serendipity. The medical board postponed blood transfusion because they wanted to experiment in Carrión as treatment for his infection, intravenous injections of phenic acid, being this treatment probably the cause of his death,

Key words: Daniel A Carrión, Carrion's disease Bartonellosis, Selfexperimentatión, Julian Arce, phenic acid.

Daniel Alcides Carrión es el símbolo de los médicos peruanos, el 5 de octubre, se celebra el día de la medicina peruana. Los conocimientos científicos extraídos de su experimento representan el segundo aporte más importante de la medicina peruana, después de la quinina (1), de ahí la importancia de conocerlo de manera objetiva (Figura 1).

Figura 1. Daniel Alcides Carrión diseñó un experimento clínico sobre la bartonelosis producida por la b. bacili formis (Archivo Courret).

El experimento de Carrión es el primer experimento médico documentado realizado en humanos en Perú, existe un anterior experimento médico documentado en Perú, pero fue en animales (2).

En Perú son pocos los estudios que han investigado con objetividad el experimento de Carrión (3-8). Alrededor de su experimento ha existido mucha controversia e incomprensión (9).

En 1885 el subprefecto de Lima considera que Carrión habría cometido suicidio u homicidio calificado lo que motivó una investigación fiscal , por esa misma época se publica en un diario peruano una crítica calificándolo de joven incauto (10), una reciente revisión publicada en un libro latinoamericano califica el experimento de inútil e innecesario (11).

En varias publicaciones recientes, revistas (12,13), libros de infectología (14), tesis de graduación (15), enciclopedias biográficas (16) la historia del experimento que se enseña, quizás por su sencillez y lógica, es que Carrión diseñó su experimento, para probar su hipótesis de que la fiebre de la Oroya y la verruga peruana eran la misma enfermedad demostrando con su experimento esta hipótesis y falleciendo a causa de la bartonelosis por bartonella Bacilliformis.

Con el fin de conocer la verdad, se realiza un análisis basándose en documentos escritos por Carrión, por los testigos de su experimento y fuentes históricas de la época, revelando los siguientes aspectos .

No se ha encontrado evidencia del proyecto de experimentación de Carrión

Existe un probable anuncio que escribe Carrión en relación a su futuro experimento:

"Cuando la práctica de inoculaciones extienda su esfera de acción a la enfermedad (bartonellosis producida por b. bacilliformis ) de la que nos ocupamos".

Dada la influencia francesa en la enseñanza de Carrión, según sugiere su profesor Leonardo Villar en su informe a la policía, es probable que haya imitado un modelo francés de autoinoculación en el libro de Patología externa de Follin uno de los experimentos que más se asemeja al de Carrión descrito en dicho libro dice textualmente "se habla de un estudiante que, a la vista del profesor Rayer, se inoculó el líquido proveniente de una pústula maligna" (17) (Pústula maligna era el nombre con el que se conocía al carbunco en el siglo XIX).

El móvil del experimento tuvo dos objetivos: científico y nacionalista

En relación a las razones que llevaron a Carrión a realizar su experimento, Julián Arce, uno de los compañeros de Carrion afirma:

"Testigo presencial de los hechos y condiscípulo del mismo año de Carrión, puedo afirmar, una vez más, del modo más categórico que los únicos motivos que lo impulsaron a experimentar en su propio organismo, fueron en primer lugar determinar con la mayor precisión posible los síntomas del período pre-eruptivo de la verruga peruana,… y en segundo lugar: la noble aspiración de alcanzar el primer puesto entre los que se dedican al estudio y descripción de la verruga, enfermedad netamente nacional" (3). Evaristo Chávez, que colaboró en la inoculación de Carrión, corrobora tal afirmación en su instructiva a la policía.

El interés científico de Carrión se demuestra en una publicación previa, un estudio sobre el examen químico de orina en pacientes con verruga peruana (18).

El nacionalismo científico se refleja con las palabras de Carrión:

"No sé que me da, el ver individuos como el médico chileno Izquierdo,….se lance a dar opiniones sobre una enfermedad que nadie mejor que nosotros debía darla a conocer, pues fuera de los trabajos de los doctores Salazar y Vélez no he oído hablar de ningún otro nacional " (19).

Carrión diseñó un experimento clínico: conocer el inicio de la verruga peruana

Para él era muy importante conocer los síntomas por lo que no quiso experimentar con animales (3)d, él quería aprender a diagnosticar tempranamente la verruga peruana, quizás para tratarla con mayor éxito, así lo dijo el mismo Carrión y así fue trascrito por sus compañeros que lo asistieron en la obra que publicaron en el año siguiente (3,19).

La famosa crítica del experimento de Carrión del médico Ignacio la Puente publicada en 1885 expresa:

"Tomar la sangre de una verruga, inocularla directamente, sin previo estudio del microbio, sin cultivarlo en líquidos que atenuasen su vigor y sobre todo, lanzarlo al torrente circula torio de un hombre, venga lo que viniere, sin experimentación anterior de animales, como está mandado en tales casos, es una audacia temeraria, poco científica y de tristísima cele bridad para sus autores" (10).

No es cierto que no experimentó con animales por error, como afirman algunos biógrafos, sino porque Carrión no iba a obtener el resultado científico que buscaba. Irónicamente si Carrión hubiera intentado con animales hubiera fracasado, no se conoce hasta la actualidad un reservorio animal, solo en monos esplenectomizados se ha tenido éxito (6). La crítica refleja el contexto de la época, la facultad de medicina había condenado el experimento de Carrión, La Puente era secretario de la facultad de medicina, y, había solicitado una investigación, posteriormente participó de la autopsia de Carrión. Existía un conflicto entre la Facultad de medicina y profesores renunciantes que se habían asociado en la ACADEMIA LIBRE DE MEDICINA, Leonardo Villar miembro de la academia había participado del experimento. La muerte de Carrión recrudeció este antagonismo entre los profesores (20).

Carrión no diseñó su experimento para probar que la Fiebre de la Oroya y la verruga peruana son la misma enfermedad

Durante el transcurso del experimento, Carrión al ver el período febril que se instalaba en él, sin habérselo propuesto inicialmente, evidencia clínicamente la hipótesis que la Fiebre de la Oroya y la verruga peruana son la misma enfermedad. Los resultados de tan valerosa experiencia fueron una sorpresa para todos incluso para el propio experimentador (3), un acto que algunos investigadores lo consideran como un ejemplo de serendipia (8).

Según Julián Arce, (Figura 2) testigo del experimento, el móvil que llevó a Carrión a realizar su experiencia fue el deseo de conocer el pródromo de la enfermedad de verrugas, los pocos que creían en la inocubilidad, esperaban a la verruga, para los demás, la inoculación de Carrion no tendría ningún resultado (3), esto explicaría porque ningún profesor se interesó inicialmente en su experimento.

Figura 2. Julián Arce, compañero de Carrión, consideraba peligroso el uso de ácido fénico endovenoso utilizado en pacientes con bartonelosis como se usó en Carrión. (Valdizán H. Diccionario de Medicina Peruana).

El diseño del experimento clínico de Carrión fue un error

Carrión pensó que desarrollaría principalmente la verruga peruana, una enfermedad no fatal, en sus escritos menciona "No me asustan las deformidades que la verruga pueda traerme", Carrión nunca pensó en morir y hacía planes a corto plazo según las cartas que dejó en sus escritos menciona: ¿Por qué desconfiar de sus resultados que de todos modos, tendrán que serán buenos?, sin embargo, el experimento lo llevó a una sepsis con una anemia severa probablemente hemolítica, es obvio que Carrión no tenía como objetivo ese resultado científico.

El error es reconocido por el propio Carrión, el día 11 de su experimento, menciona "Se han alarmado por mi enferme-dad los síntomas que presento no pueden ser otros que los de la invasión de la verruga que en muy breve seguirá el período de erupciones y todo desaparecerá". El día 15 de su experimento "Hasta ayer había creído que me encontraba tan solo en la invasión de la verruga…Pero ahora me encuentro firmemente persuadido de que he sido atacado de la fiebre que murió nuestro amigo Orihuela" (19).

En ciencia, son los errores los que irónicamente, la empujan hacia adelante, al reconocer su error, Carrión brinda su aporte científico, la evidencia clínica de que la fiebre de la Oro- ya y la verruga peruana son la misma enfermedad.

Carrión no creó la hipótesis de que la Fiebre de la Oroya y la verruga peruana pertenecen a la misma enfermedad

Contrariamente a lo que se repite en muchos publicaciones (12-16), la idea de una hipótesis unitaria fue diseñada por otros médicos peruanos, como el propio Daniel Alcides Carrión lo reconoce (19), incluso existe conocimiento popular que la fiebre de la Oroya depende de las verrugas y para sanarse de ellas es indispensable la aparición de las verrugas (3). El médico venezolano Ricardo Espinal en 1871, sostuvo la teoría unitaria basándose en el caso de un ingeniero norteamericano que desarrolló la fiebre de la Oroya en Perú y al regreso a EEUU, la fase de verrugas (3).

Carrión no demostró la hipótesis de la teoría unicista de la bartonelosis por b. baciliformis

Aunque el experimento de Carrión aportó evidencia clínica de que la fiebre de la Oroya y la verruga peruana eran la misma enfermedad, él no realizó la demostración científica (11) como se repite en recientes trabajos científicos.

Un año después del experimento, la Academia amplió los puntos del concurso sobre la verruga entre ellas investigar su relación e identidad con la Fiebre de la Oroya, prueba de que aún, incluso en Perú se dudaba de la teoría unicista de la bartonelosis por b. baciliformis (21).

Poco tiempo después la expedición de la prestigiosa Universidad de Harvard concluiría que eran dos enfermedades diferentes, contradiciendo las conclusiones de Carrion (7). La demostración final de la hipótesis se haría en 1926 por Hideyo Noguchi, del Instituto Rockefeller al aislar la bartonella bacilliformis en ambas fases de la enfermedad, y que al ser inoculadas en monos causaban ambos sindromes (22). Noguchi tuvo gran placer en confirmar el trabajo de Carrión, un investigador solitario, y no el del grupo de Harvard (23) ( Figura 4).

Figura 4. Hideyo Noguchi. Realizó la demostración bacteriológica de que

El evento precipitante de la muerte de Carrión fue probablemente una intoxicación por ácido fénico

Los historiadores cuando analizan la muerte de Carrión obvian dos hechos ocurridos en las últimas horas del experimento: la misteriosa suspensión de la transfusión sanguínea y la consecutiva y sorpresiva administración de inyecciones intravenosas de ácido fénico

Para muchos siguen siendo desconocidas las razones por las cuales no se administró a Carrión una transfusión para tratar la severa anemia del proceso, la razón más probable es que se postergó la transfusión para experimentar con las inyecciones de ácido fénico, una terapia propuesta por otro profesor de Carrión, el profesor Tomas Salazar, un año antes, para pacientes con antrax (24,25). Uno de los errores que se repiten en libros (11) es confundir el "ácido fénico" con "ácido férrico", posiblemente pensando en la anemia y es una de las razones por la que este tóxico antiséptico pasa desapercibido en muchos análisis históricos sobre la muerte de Carrión.

El ácido fénico fue la sustancia química que Lister usó para iniciar la antisepsia, era previsible que años más tarde algún médico intentara usar esta sustancia no solo a nivel local sino a nivel sistémico. La Junta Médica pensaba repetir con la Enfermedad de Carrión el éxito descrito que tuvieron las inyecciones de ácido fénico con el antrax. Probablemente la muerte de Carrión fue precipitada por una intoxicación medicamentosa por ácido fénico, en un paciente que de base tenía una sepsis y anemia hemolítica severa, por probable bartonellosis por bartonella bacilliformis (26).

Carrión tuvo probablemente la forma grave de la fase aguda de la enfermedad de Carrión donde se describe una severa inmunodeficiencia (4,27,28) con alteración severa de la citoquinas (29), que genera una falla multiorgánica (30), superinfecciones (31) , complicaciones cardiovasculares (32- 34) , sin embargo, Carrión muere luego de la aplicación de las inyecciones del tóxico ácido fénico. La demostración más contundente de la toxicidad de las inyecciones endovenosas de ácido fénico, también conocido como fenol ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Los nazis, en los campos de exterminio de Auschwitiz, usaban inyecciones de ácido fénico endovenosas para ultimar a los judíos; el método llegaría a convertirse en el método más común de asesinato individual. El médico nazi Joseph Mengele, luego de realizar sus experimentos médicos con gemelos, ordenaba asesinar a los niños con inyecciones de ácido fénico, para luego analizar sus órganos comparativamente en la autopsia (26,35). Fleming años más tarde en su más genuino aporte científico, un estudio de quince años, realizaría la demostración experimental de la
toxicidad de los antisépticos en el organismo humano (36), uso que probablemente se inició en Perú con el ácido fénico endevenoso para tratar el antrax y la bartonelosis.

Es necesario destacar que La Junta Médica tuvo una visión pionera para usar la vía sistémica para tratar la enfermedad de Carrión, que es la vía terapéutica que se emplea en la actualidad (33).

La experiencia de Carrion constó de dos partes: El experimento clínico diseñado por Carrión y un experimento terapéutico diseñado por la Junta Médica

El Concurso que convoco la Academia Libre de Medicina el 25 de julio 1885: "Etiología, Anatomía Patológica y Distribución Geográfica de la Verruga", fue la oportunidad que apresuró la decisión de su experimento, la terapéutica de la bartonelosis no estaba incluida, como se menciona en el título de la convocatoria, lo que haya sido un motivo para que Carrión no la considerara como objetivo de su experimento.

Carrión, cuando su estado clínico se deteriora, conside- raba solo a la transfusión como la única tabla salvadora y fue el único motivo por el que aceptó salir de su domicilio donde él pensaba pasar sus últimas horas (19).

La aplicación de las inyecciones fue un experimento diseñado por la Junta Médica. La Junta Médica postergó la transfusión para observar el efecto de las inyecciones de ácido fénico y posiblemente suspendió la transfusión para evitar sesgos con la observación de los efectos de ésta, solo se postergó la transfusión, ésta se hubiera realizado después de las inyecciones de ácido fénico, pero el resultado de las inyeccio-nes fue fatal.

Pese al fracaso de las inyecciones de ácido fénico en salvar a Carrión, a solo un mes de la muerte de Carrión, Enrique Mestanza, compañero de Carrión y testigo de su agonía y probablemente del experimento con ácido fénico endovenoso, empleaba en un paciente del servicio de Tomás Salazar en el hospital Militar de San Bartolomé, inyecciones de ácido fénico endovenosas, sin éxito (37), Julián Arce otro condiscípulo de Carrión, basado quizás en el resultado terapéutico de Carrión, consideraba peligroso el empleo de inyecciones de ácido fénico en pacientes con Enfermedad de Carrión y recomienda no demorar la transfusión sanguínea (38) Odriozola en su clásico tratado sobre la verruga peruana se opone al uso del ácido fénico y otros antisépticos (39) (Figura 3).

Figura 3. Odriozola, otro compañero de Carrión, escribió la principal obra sobre la bartonelosis, se oponía también a la terapia endovenosa con ácido fénico. (Fuente: Lastres Historia de la medicina peruana. Tomo III ).

Prueba de que hubo un experimento no autorizado por Carrión son los hallazgos de la necropsia donde se encuentran las dos venas safenas disecadas post mortem de las cuales se había extraído sangre para experimentar con la sangre en conejos (1).

En una visión de la medicina forense actual, la muerte de Carrión precipitada por las inyecciones de ácido fénico podría ser considerada como un homicidio culposo por impericia.

La enfermedad que desarrolló Carrión probablemente fue la bartonelosis producida por Bartonella bacilliformis

Basado en el antecedente de inoculación con sangre de un paciente con verruga, la pirexia extrema y la severa anemia hemolítica que Carrión desarrolló, es muy probable que la enfermedad que haya tenido fuera la bartonelosis producida por Bartonella bacilliformis (26).

Uno de los hallazgos llamativos de la autopsia de Carrión fue el bazo pequeño (19), quizás explicable por una probable inmunodeficiencia (6), es necesario añadir que la esplenomegalia no es un hallazgo muy frecuente (40).

No se ha logrado reproducir el experimento de Carrión en humanos

El experimento de Carrión fue repetido muchas veces en animales y por diferentes investigadores el resultado fue que la inoculación de un donante de verruga, animal o humano, a un receptor, animal o humano, siempre produce solo verrugas, ningún recipiente desarrolla la fase aguda de la enfermedad (41,42), el llamado por algunos, el fenómeno de retrocesión, reproducir a partir de la segunda fase, la primera fase. solo en los monos esplenectomizados se ha conseguido reproducir la fase febril a partir de la inoculación de una verruga. Odriozola, sin embargo en su libro, “La maladie de Carrión”, presenta un caso clínico de fenómeno de retrocesión, un paciente en fase eruptiva retrocede y realiza la fiebre de la Oroya y fallece (39).

Algunos investigadores dudan de la enfermedad que tuvo Carrión sea la bartonelosis por b. bacilliformis, basado en la evidencia de las inoculaciones experimentales, que siempre que se inocula a partir de una verruga se obtiene otra verruga, Sin embargo, la secuencia nosográfica de la Enfermedad de Carrión no siempre es característica, dependiendo de la interacción de la bacteria (su grado de patogenicidad) con el hospedero (su respuesta inmunológica) se tendrá varias formas de presentación de los cuadros clínicos (6).

Existe la propuesta de algunos investigadores de exhumar los restos de Carrión, para que con las actuales técnicas de secuenciación molecular de ADN documentar de modo más objetivo la b. por bartonella bacilliformis, dado que al momento de su muerte, la sangre médula ósea y vísceras debieron haber estado densamente impregnado del agente patógeno de la enfermedad, la Bartonella Bacilliformis (43).

El experimento de Carrión fue útil para la ciencia

Desde fines del siglo XIX hasta el siglo XXI varios autores mencionan que el sacrificio de Carrión fue inútil, que la ciencia ha ganado poco, que la verdad habría llegado igual, sin necesidad de su inmolación, para observar el desarrollo de la enfermedad disponían tanto Carrión como sus profesores de numerosos enfermos (11).

Luego del experimento de Carrión, una comisión de la prestigiosa universidad de Harvard encabezada por el Dr. Strong concluyó equivocadamente que la Fiebre de la Oroya y la verruga peruana eran enfermedades diferentes (7). La obtención de la evidencia clínica de una enfermedad no es tan sencilla, ni llega necesariamente por observar gran número de enfermos con el tiempo. El experimento de Carrión fue útil para la ciencia, pues brindó la evidencia clínica, que permitió que años después se realizara la demostración final de la hipótesis en 1926 por Hideyo Noguchi al aislar la bartonella bacilliformis en ambas fases de la enfermedad. No solo aportó clínicamente a la etiología unitaria de la verruga peruana y la fiebre de la Oroya, también reveló el fenómeno que diversas enfermedades pueden ser producidas por un único patógeno (44).

La historia de la medicina nos enseña que pese al gran avance tecnológico de la medicina moderna, ésta tiene sus limitaciones, un ejemplo reciente es el antrax por inhalación, que al igual que la bartonelosis tiene dos fases, una leve y una severa, solo que en inversa secuencia cronológica en relación a su gravedad, en el antrax se inicia con una fase leve que evoluciona a una sepsis, y en la bartonelosis, la fiebre de la Oroya, una forma clínica de alta mortalidad, que evoluciona a una etapa benigna, de verrugas. El primer caso de antrax por inhalación se diagnosticó en 1879 (45), pocos años después de la identificación de la bartonelosis como una enfermedad propia (46), sin embargo hasta la fecha no se han encontrado signos clínicos que permitan diferenciar con certeza la etapa precoz del antrax por inhalación de otras enfermedades, el diagnóstico precoz es un desafío (47) y es crucial, dado que en esa etapa el tratamiento es exitoso (48). Carrión quería conocer lo mismo en la bartonelosis, con su experimento, conocer la clínica precoz, diferenciarla, y darle un tratamiento efectivo solo que él erró en su experimento clínico, no sabía que iba a desarrollar la fiebre de la Oroya. Carrión escribió "El diagnóstico de la enfermedad en sus principios es tan difícil de establecer como fácil de verificar el período de erupción" "la inoculación permitirá el establecimiento del diagnóstico desde los primeros momentos a fin de darle la terapéutica adecuada" (19) Para Carrión, el desafío de la verruga en el siglo XIX, es similar al desafío que actualmente tiene la ciencia mundial con el antrax por inhalación, y que aún pese al tiempo desde la identificación de esta enfermedad la ciencia no puede resolver. ´

El experimento era indispensable y necesario, en la visión nacionalista - científica de Carrión

Algunos investigadores afirman que es probable que Carrión no se hubiera inoculado de haber conocido con seguridad que iba a desarrollar la fiebre de la Oroya(11), él pensaba que iba a desarrollar la verruga sin embargo, Carrión sabía que existía un riesgo para su vida, aunque lejano, en el experimento, aún en esta forma clínica, existía la posibilidad de que la verruga se desarrollara en algún órgano noble, como su propio profesor Leonardo Villar reconoce, que fue el único motivo por el cual quiso impedírselo. Carrión confiaba en el tratamiento que le iba a dar la Junta Médica (18), por otro lado no conocía del futuro experimento terapéutico con ácido fénico.

Todo hecho histórico no es un hecho aislado, el histórico experimento de Carrión tampoco lo fue, para una compresión real del mismo se debe analizar el contexto histórico, el nacionalismo científico de Carrión estaba basado en cuatro factores:

a) La Epidemiología de la bartonelosis por b. bacilli-formis, considerada exclusiva de Perú en la época de Carrión.
b) Pocos científicos peruanos estaban investigando la bartonelosis por b. bacilliformis.
c) La publicación de estudios en Chile y otros realizados por chilenos sobre la b. bacilliformis.
d) La derrota de Perú en la Guerra con Chile.

La convocatoria al concurso sobre la verruga solo fue la oportunidad para tomar su decisión, dado que el experimento se realizó solo dos semanas después.

Varios estudiantes de medicina arriesgaron su vida y la perdieron en la Guerra con Chile, Chile había destrozado la Biblioteca Nacional, invadido el Hospital 2 de Mayo, obligado a que los profesores dictaran clases en sus casas (49). Las mayores pérdidas humanas fueron civiles, no militares.

El nacionalismo científico de Carrión en relación al chileno Izquierdo, podría ser comparado a la rivalidad entre Pasteur y Koch por la primacía en la demostración de la etiología del antrax, la primera enfermedad infecciosa que se demostró que era causada por un agente infeccioso, Pasteur, francés, y Koch alemán, marcaron su rivalidad en un nacionalismo científico que tenía como antecedente la guerra franco-prusiana (50).

Un ejemplo del nacionalismo de los médicos peruanos frente a Chile se refleja en Hermogenes Maúrtua, quien en su libro de 1889, “La vacuna carbonosa", propone vacunar al ganado peruano contra el ántrax toma en cuenta que Chile cuidaba mejor de su ganado utilizando la vacuna contra el ántrax que los peruanos, que pese a ser perdedores de la guerra no prestaban mayor interés en cuidar sus riquezas (25).

"Suceda lo que suceda quiero inocularme", frase de Carrión debe ser analizada en este contexto, en un contexto histórico post derrota de la guerra con Chile. Para Carrión, Perú había perdido la guerra con Chile en el campo militar, él, basado en el trabajo del chileno Izquierdo vislumbraba una segunda guerra con Chile, la guerra científica sobre la bartonelosis producida por bartonela baciliformis, guerra que aún con el lejano riesgo de perder su propia vida, Perú debía ganar. Chile no podía enseñar a los médicos peruanos sobre una enfermedad peruana, para un estudiante de medicina peruano en 1885 esa hubiera sido una máxima humillación.

El experimento de Carrión convirtió a la Bartonellosis producida por bartonella baciliformis en la enfermedad más investigada en toda la historia de la Medicina Peruana (1). Ciento veintisiete años después son los médicos peruanos, los que son autores de capítulos sobre esta enfermedad en los tratados de infectología y principales revistas mundiales (12,40,51-55), probablemente, el deseo de Carrión cuando decidió inocularse.

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1 Médico cardiólogo Hospital Alberto Sabogal - EsSalud. Profesor Invitado Cátedra de Medicina Interna Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).